

Un solitario profesor de inglés que tiene obesidad mórbida y vive recluido intenta reconectar con su hija adolescente para tener una última oportunidad de redención. Sin duda alguna una de las cintas más esperadas del año y que de entrada se merece toda la atención que ha tenido durante su promoción, pues es perfecta.
La gran expectativa es sin duda el resurgimiento de Brendan Fraser, uno de los actores más carismáticos de su generación y que después de un declive en su carrera y en su vida personal, resurge en una face de actor serio, lo cual ha logrado que él boca a boca y la crítica no paren de alabar esta actuación que sin duda es la mejor del año.
La ballena de entrada se veía como esas cintas de alto contenido social, planas, densas, aburridas y que solo brillan por una actuación interesante, sin embargo para mí sorpresa está producción rompe con ese molde, pues nos presenta este micro mundo que es la casa donde vive este hombre con obesidad y que se ha resignado a habitar lo que resta de su existencia.

Fraser está de no creerse, y es que no es solo son los kilos de maquillaje que se carga para aparentar esta obesidad, sino que cada uno de sus movimientos el cual sufre y se infarta, que lucha por dar un solo paso de pie, logra transmitirlo al público, esa humillación, ese arrepentimiento y ese desamor pernea la pantalla segundo a segundo. Fraser logra encarnar a este maestro de forma apabullante, a tal grado que se desvanece el actor y surge su creación.
Darren Aronofsky nos ha regalado joyas como el Cisne Negro, una pieza que fue brutal en su momento y puedo decir sin temor a equivocarme que La Ballena es perfecta, al igual que el Cisne Negro, solo que en vez de llegar a la cumbre de la locura, aquí es la liberación lo que nos eleva.
Lo interesante de esta producción es el ir y venir de personajes que entran, y salen, deambulan y gritan en la vida del profesor y que vomitan todo aquello que llevan enraizado por años y que ha llegado el momento de que salgan a la luz, las heridas más profundas sangran pero para sanar y que nada quede suelto, una vez llegue el desenlace.

Todo el reparto está increíble. Todo mundo hace una excelente actuación, a cada cuadro, nadie sobra, nadie falta, incluso los efímeros minutos del repartidor de pizza, son claves, para desatar la devastación más profunda en el profesor.
Magnifica, simplemente magnifica, una cinta con un ritmo trepidante, que nos tiene tensos, sensibles y expuestos ante la inmensa humanidad de este ser, que vive por un solo propósito.
Podría pasarme escribiendo y escribiendo, no obstante esta producción debe de verse, de vivirse y sentirse, pues pocas cosas en el cine hoy en día emocionan tanto cómo está película.
No cabe duda que Fraser ha alcanzado en un solo papel el pase al salón de los grandes de Hollywood. Honor y gloria para este carismático actor.