
Dicen que la vida solo tiene sentido si la vemos hacia atrás, y tal vez sea cierto, cuando miramos al México retratado en Roma, nos damos cuenta como el tiempo ha cambiado, nuestra forma de vivir, de sentir y todo aquello que nos rodea, y es por eso que es tan asombrosa, pues nos recuerda lo que perdimos, para bien y para mal.
Roma es una cinta contemplativa, no lleva prisa, no tiene necesidad de contar andanzas fuera de la realidad, lo que busca es contar una historia, la historia de aquellas personas que pasan desapercibidas y que sin embargo, en muchas familias, son engranes que hacen que funcionen y no colapsen.
Esta historia, la que Alfonso Cuarón cuenta, se vuelve una historia universal, porque a través de esta mujer indígena, ata todas esas voces de clases sociales, las realidades, y con sus grandes ojos es testigo de un país trastocado por la violencia y el engaño, el amor y la desesperanza.
Los valores cinematográficos de esta producción son enormes. La fotografía, la excelente fotografía, así como un diseño de arte soberbio que nos transporta a ese México de los setentas. Sin olvidar la edición y el sonido. Pero lo que evidentemente es el corazón de el filme, es el personaje de Cleo, la protagonista, que a diferencia de muchos otros personajes, ella no pretende dar un discurso, ni sobresalir con una actuación escandalosa, sino es arropada con un guión sutil para contar la historia de ella, la familia que cuida y de un país que busca su libertad.
Para quien me ha seguido durante años en este blog, sabe que de los tres grandes directores de nuestra actualidad (Iñarritu, Del Toro y Cuarón), Alfonso es para mi el mejor de los tres, pues no solo se preocupa por el fondo, sino la forma. Un director equilibrado que va desde La Princesita a Solo con tu Pareja, de Harry Potter a Los Hijos del Hombre, si, Alfonso hace cine para el gran publico, pero con una calidad narrativa que no se encuentra fácilmente en la cartelera.
Roma es una cinta monumental, aunque parezca pequeña. Parece de inicio una anécdota, pero es más que eso, sus entrañas nos sacuden y no dejan a nadie indiferente, ante el dolor y esa tristeza que se dibuja en los ojos de Cleo.
Realmente querer explicar Roma es un intento inútil, se tiene que vivir, y ojalá se pueda quienes tengan la fortuna de hacerlo en una sala de cine. Es una experiencia asombrosa para las generaciones anteriores y para las más nuevas, algo difícil de comprender, pero que es la realidad y lo que cimbro su cual libertad.
8 respuestas a «Roma… Resistente»