Después de la somnolienta Asteroide City, pareciera que el cine de Anderson ya no tenía espacio para donde hacerse, sin embargo con El Esquema Fenicio, regresa al humor que alguna vez lo caracterizó, es decir ese cine Gourmet y fifí que tanto nos gusta (risas).
La historia nos cuenta sobre la vida del magnate Zsa-zsa Korda quien es un multimillonario empresario europeo envuelto en una trama de espionaje junto a su hija Liesl, una monja con la que mantiene una relación difícil y a la quiere dejar el negocio familiar, antes de que sus competidores lo liquiden de la carrera.
Una de las cosas que me gustó fue esa ironía que si bien son característica de las películas de Anderson, últimamente eran tan grises que ya no te hacían ni siquiera bostezar, sin embargo en esta ocasión se siente que el director se ha relajado y que busca volver un poco hacia el pasado, cuando aun la gente gesticulaba un poco más en la actuación. No quiere decir que no tengamos ya eso encuadres que nos encantan ni esa frivolidad característica, sino tenemos momentos como el de Bryan Cranston, siendo libre en el basquetbol con alusiones a su personaje Hal de Malcolm el de en medio (rosas).
Visualmente es apabullante el filme, con locaciones más ricas y colores, dejando atrás al moribundo Asteroide City, para adentrarnos al medio oriente sus locuras y su espionaje.
Como siempre el elenco es de primer nivel, encabezado por un Benicio del Toro, que logra entregarnos una gran actuación, y momentos hilarantes como el del túnel o cuando los aviones se estrellan en medio de la nada.
Sin embargo otra de las grandes sorpresa que se roba la cámara es Mia Threapleton, quien en su papel de monja nos hace reír por su rigidez, por su devoción religiosa y por esa relación amor odio con su padre, quien es el personaje de Benicio.
La música esta bien, si acaso no es memorable como en otras ocasiones, logra su cometido. El vestuario, la peluquería brillan como siempre en estas producciones y es una película que logra entretenernos de mejor manera, de forma cínica y mordaz, lo cual se agradece.
En resumen El Esquema Fenicio si bien no supera al Gran Hotel Budapest, ni a La Crónica Francesa, si logra quitarnos ese mal sabor de boca que nos dejó Asteroide City, y le da aire con el cual nos permite tener aun vivas las ganas de seguir viendo cine de Wes Anderson.
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