No se si ya he dejado claro que en este sitio somos “fanseses” del director M. Night Shyamalan, si no lo volvemos a dejar claro… No encantan sus películas (risas). Y para sorpresa de muchos La Trampa llegó como la noche, ósea se dejó caer humildemente sin saber que esperar… Afortunadamente nos sorprendió y superó expectativas.
A grandes rasgos y como lo podemos ver en el trailer la cinta acompaña a un padre y su hija adolescente asistiendo al concierto de la estrella pop del momento, donde sin darse cuenta entraran a una trampa, teniendo a la policía y el tiempo pisandoles los talones.
De entrada puede sonar algo simple la historia, y lo es, sin embargo esta cinta tiene varios giros que sorprenden, el primero y no estoy revelando spoilers porque eso se ve en el trailer, el padre es un psicopata y la trampa es para él, lo cual hace que veamos todo desde el punto de vista del villano.
Por otro lado, en teoría las fuerzas del bien deberían ganar a las del mal, no obstante desde el primer acorde de la primera canción hasta que baja el telón veremos como este tipo buscará salir avante ante cada una de los obstáculos que va encontrando pero eso si, sin que su hija sepa que es lo que trae entre manos y en su celular.
Quien se merece una gran ovación es Josh Hartnett, pues logra dar un toque verdaderamente escalofriante a su personaje y sorprende con esa bipolaridad que va de la luz a la oscuridad en cuestión de segundos. Lleva el peso de la película y hasta el último minuto que lo vemos en pantalla, somos testigos de cómo este monstruo se va desenvolviendo hasta verlo en plenitud
Una cosa que hay que dejar claro, es que esta cinta no es ni sangrienta ni violenta como actualmente muchas producciones han acostumbrado a las audiencias, al ser Shyamalan estaremos ante un formato familiar que no requiere de amarillismo a pesar del tema que se esta tocando.
Puedo decir que la película se siente rara, pues si bien el director tiene historias medianamente parecidas como El Elegido , Fragmentado y Glass, el factor “extraño” aquí es ocaso, es más sobrio. No es malo, simplemente se siente raro no tener esa atmósfera pululando en cada toma.
No obstante a pesar de ser una historia “normal” aparentemente, la trama da no solo un giro, sino se va desenvolviendo y cuando creemos que estamos en una callejón sin salida, continua y vuelve a tomar fuerza, para dejarnos intrigados y sumidos en el asiento esperando que nada malo le pase a los que están alrededor de este sujeto.
La Trampa es literal una trampa narrativa para el espectador, promete darle suspenso, no terror ni terror, suspenso del bueno que mantendrá al publico tratando de adivinar como acabará todo esto.
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