Siempre lo he dicho, las películas de Resident Evil se han convertido con el paso de cada una, en un gusto culposo, pues a pesar de que se vuelven más inverosímiles y escasos de recursos aún así ahí nos tienen, viéndolas cada vez que se estrena… Y Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City no fue la excepción.
Esta secuela se centra años antes de que la corporación Umbrella se ubique en la ciudad que vio nacer este desastre, todo en un pequeño pueblo, olvidado de la mano de Dios y que sus habitantes son tan pobres que no pueden irse de ahí… Y ni quieren. Como suele pasar en estas situaciones, una vez se desate el terror, nadie estará seguro en este lugar.
La realidad es que no hay mucho que decir solo balazos por montón, efectos especiales baratos y zombies que nos dan uno que otro susto pero que nos quedan a deber sin duda alguna.
Las situaciones en cómo se agrupan nuestros protagonistas y se conocen, son de lo más soso y “facilón”, pues lo que se pretende es ir de inmediato en la acción y darle a los fans, sangre y muerte para tenerlos contentos. Si bien al ser una secuela se tienen algunos guiños de la historia original, aun así nos quedan a deber.
Así también tenemos un elenco joven, algunas caras conocidas que vienen del mundo de las plataformas de streaming y que bueno son el atractivo para las nuevas generaciones.
Actoralmente cumplen con poner cara de horror y se dan por bien servidos, aunque claro faltan personajes fuertes como lo fue Milla Jovovich.
Ojalá la serie de Netflix nos sacie con una mejor propuesta, pues la historia de la Corporación
Umbrella siempre ha dado para mucho, pero al parecer nadie sabe como contarla.
Welcome to Raccoon City, es una cinta más, obligada a verse por los fans de la saga y quienes tenemos gustos culposos /(risas), pero nada más.
Cinembrollos 