

Siempre hemos sabido que Matrix es “rarito” pero en esta ocasión el viaje se siente desconcertarte, es como cuando después de la fiesta y te da la resaca y ves toda la destrucción en la mañana, pensando “weee, no era para tanto” (risas), y te entra la añoranza y el sentimiento.
No contaré mucho sobre la trama porque es importante llegar “virginales” a la función, no obstante podemos de entrada darnos cuenta que este viaje no va en la misma dirección y sabe que mucha gente espera destrucción desmedida, sin embargo la directora prefiere regresar a lo que fue la primera cinta de Matrix, donde más allá de la destrucción sin sentido, daba peso al mensaje de su tiempo.
En aquel entonces fue disruptivo su mensaje, hoy es una revisión de las últimas décadas, de lo que se ha convertido el internet, el mundo y al final de cuentas, haciendo a un lado esas “simulaciones” queda lo perpetuo: El Amor.
Siempre en la obra de las directoras ha sido así, un punto importante es el amor, y con los años dejandose caer, recalca el fondo y no la forma.

Es un hecho que esta cinta más que ser una cuarta parte, se siente como un especial navideño de Sherk (risas), pero en el buen sentido, pues no tiene la envergadura ni la proyección de sus antecesoras, y se nota a leguas que eso no esta buscando la historia.
Puede que para algunos sientan que les faltan escenas alucinantes, sin embargo aquí se centran en jugar con nosotros mismos, lo que sabíamos de Matrix y más aún, parodiarse descaradamente tanto de la trilogía, reírse del mundo de las “secuelitis” y esas empresas donde ya no saben como sacar dinero cof! cof! Warner.
La cinta es interesante de principio a fin, tiene un par de momentos flojos, pero aun así logra su cometido, que más que reventar la pantalla, es explicarnos que pasó con todo el mundo después de la guerra con las maquinas, explicar que es este “mundo”, y ver como esta entrega deja el camino pavimentado para una futura quinta parte.

Keanu Reeves y Carrie Anne Moss, dejan en claro que pueden ellos llevar el peso de una película sin necesidad de tanta acción, pero sobre todo, dejan claro lo que sabemos, ellos son el alma de Matrix. Hay que decirlo, en los momentos cumbres del filme, por lo menos en la función a la que asistí, hasta la gente aplaudió , sobre todo en: “Mi nombre es Trinity”.
El tiempo no pasa en vano y podemos ver una directoria sobria y con más sabiduría, que no pretende imitar lo logrado por las tres primeras, sino abrir una nueva etapa en esta franquicia, y sobre todo dar el pase de antorcha a las nuevas generaciones.
La historia es emocionante, entrañable y rara, si rara, y con todo eso es disfrutable y palomera, muy divertida y con bastantes sorpresas, lo cual hace que sea toda una montaña rusa.
Matrix 4 Resurrecciones, quien lo diría, el amor es la fuerza más poderosa en un mundo decadente.