

El director chileno Sebastian Lelio, después de haber cosechado éxitos con Una Mujer Fantástica, regresa con un drama intenso y emotivo, protagonizado por dos actrices que hacen suya la pantalla y la incendian al mismo tiempo: Rachel Weisz y Rachel McAdams.
En esta historia podemos ver como dos mujeres que se aman, tienen dificultades porque ambas pertenecen a la comunidad judío ortodoxa, que para acabarla de amolar, una abandonó la comunidad hace años y la otra quedó atrapada en la rigidez de sus tradiciones.
Una de las cosas que más me llamó la atención de este material es la forma en como el director toca dos temas esenciales, por un lado y el más visibles, este amorío lésbico, tan ataviado en su propia naturaleza, y por otro lado el gran don de la libertad de elección.
Se trata de dos mujeres, con dos vidas completamente diferentes, y que aquello que sienten es más fuerte como para retar a lo tradicional. Cabe resaltar que el director nos muestra mujeres seguras y dueñas de si mismas en pantalla, y no solo lo digo por el tema en sí, sino que incluso en escenas más subidas de tono, quita la venda tabú de los ojos del espectador y regala tal cual la plenitud del amor y el deseo.

En cuestiones técnicas el filme tiene una manufactura digna, su fotografía le ayuda enormemente. Sin embargo aquí quienes se adueñan de todo es este romance y a su vez los ojos del quien se interpone entre ellas dos.
Aunado a ello rompe un poco esta cinta con el cliché de otras similares, donde la liberal viene a “sonsacar” a la tradicional, no contaré para no vender spoilers a quien no la haya visto. No obstante el como nos situamos dentro de esta historia ya muy recorrida, con buenos antecedentes y la lucha constante de libertad, es lo que amarra la cinta, y la forma en como cierra a mi punto de ver le da mayor credibilidad a todo lo anterior.

Desobediencia es una exquisitez y a la vez algo tremebundo, pues no busca contar historias de nubes y rosas, sino a cimbrar en lo más hondo de todo lo que esta ocurriendo, para sacudir conciencias y recordar que siempre se puede elegir, siempre.
Totalmente recomendada y bueno, por el solo hecho de ver a Rachel Weisz y Rachel McAdams hacer un duelo de actuación lo vale minuto a minuto.