

Y se ha estrenado otra de las producciones más esperadas para este último tramo del año, Gladiador 2. Muchas especulaciones hubo a su alrededor, desde cómo atreverse hacer una continuación de algo que cerró perfectamente en su momento… Hasta decidir alejarse de la realidad y crear una Roma muy fantasiosa.
Esta secuela nos cuenta como décadas después de presenciar la muerte del venerado héroe Máximo, un joven regresa a la antigua Roma a cobrar venganza por lo que le fue arrebatado en el lugar donde vivía y a la par, regresarle a Roma el camino donde había un sueño para convertirla en una gran ciudad.

Una de las cosas que más llaman de entrada la atención de esta secuela , es que han decidido alejarse del “rigor” histórico con la que contaba la primera parte y han decidido tomarse tremendas licencias creativas, a tal grado que hay escenas muy emocionantes pero tan inverosímiles como un Coliseo Romano lleno de agua y atascada de tiburones, mientras luchan en barquitos como si fuera una piscina publica del Gobierno municipal en plenas vacaciones de verano(risas).
Pero no solo eso, han buscado hasta el cansancio la forma de poder hilar al primer Gladiador con esta nueva aventura que se cose rápidamente y sin mucha estructura. La forma en como nuestro nuevo gladiador se vincula con la historia original es algo sacado de último minuto y más aún todo lo que une a los involucrados. Ni las novelas de televisión de hoy en día tienen ese ingenio.

Con esto no quiero decir que el filme sea malo, no, es entretenido cien por ciento pero dista mucho de la grandeza que tuvo en su momento la cinta protagonizada por Russell Crowe y Joaquin Phoenix. A todas luces llega muy pero muy tarde esta continuación pues tiene impreso en la frente el signo de hacer billetes de forma rápida y descarada.
Como lo mencione anteriormente la cinta no es mala, es entretenida, palomera, sin embargo si buscan la emotividad, lo épico y el nivel visual de la primera Gladiador, están muy lejos de encontrarlo. Aquí a pesar de ser Roma, lo sentimos como una ciudad empequeñecida, escasean los escenarios y las grandes locaciones. Los efectos por computadora abundan y en ocasiones son de risa involuntaria.

Mientras en su momento Russell Crowe y Joaquin Phoenix nos entregaban a dos de sus mejores actuaciones y personajes de su carrera, aquí Paul Mescal, Joseph Quinn y Pedro Pascal no cuentan con esa fuerza, tanto en presencia como actoralmente hablando. Entre los tres cargan con el protagónico porque Paul le falta mucho para tener una producción de estos vuelos solo sobre sus hombros. Paul Mescal a mi no me convenció y aunque se entiende el origen de su personaje y del porque no está a la altura de su antecesor, aun así no siento que tenga una gran actuación, todo lo contrario, a veces parece que le cortan o editan ciertas frases para que no se diluya su personaje porque no actúa realmente. En las peleas se se mueve demasiado, parece muñeco de trapo (risas).

En términos artísticos como la musica, las locaciones y el vestuario son bastantes equis, nada luce ni resplandece, es a todas luces una secuela que quiere la nostalgia de los espectadores, tan es así que usa mucho el recuerdo de Crowe.
Por lo cual Gladiador 2, no brilla con luz propia, la toma prestada y es una producción cien por ciento fantasía. Podría ser un gran capítulo de las Crónicas de Narnia, y quedaría perfecto.
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