Delicioso… ¡Ay Qué Rico!



Hay cosas tan ricas en esta vida que es por ellas que uno da gracias por estar vivo. Y hay otras de las cuales de la vista nace el amor. Y de eso va Delicioso, no el Delicioso (risas), la historia de cómo fue que nació el concepto del primer restaurante en el mundo.


La historia nos sitúa como no podía ser en otro lugar más que en Francia, 1789, en los días previos a la Revolución. Con la ayuda de una joven de grandes habilidades, un chef que ha sido despedido por su señor encuentra la fuerza para liberarse de su posición como sirviente y abrir el primer restaurante del país.

Como lo indica la sinopsis conocemos como fue creado todo el concepto de lo que hoy conocemos como un restaurante, el antes y después de que este lugar abriera las puertas y sobre todo, de como la vida y la rutina en la sociedad cambió con uno de estos lugares, los cuales a veces no nos detenemos a pensar como fue que se crearon estos sitios en los cuales uno se sienta a que le sirvan de comer y paga por ello.

El filme es luminoso y optimista, y aunque se pudiera esperar lo obvio, no se enfoca tanto en la comida o la preparación de la misma, sino va sobre este hombre que lo pierde todo por su inventiva, su imaginación y lucha contra el costumbrismo del reino donde vive, por crear nuevas cosas en el mundo culinario, si, si, a mi también me recuerda a Ratatouille (risas).

Como buena película francesa, las locaciones son simplemente DES-LUM-BRAN-TES, y si bien es una producción modesta a comparación de otras que tienen muchas más locaciones, las que aquí nos presentan son lo suficientes para transportarnos a esta época de poder y pelucas.

Si alguien espera ver aquí grandes platos o la creación de los mismos, pierde el tiempo pues todo gira entorno del protagonista y la creación de los conceptos que le dieron forma al servicio restaurantero. Que cabe decir, fue más  por una colaboración de creatividad y libertad que por el sueño de lograr algo que rompiera con la época.

Las actuaciones están bien, siempre he dicho que a los franceses les sale bien su propio cine, así que tampoco son actuaciones que deslumbren, pero si conectan con el público.

No hay sorpresas aquí, es una trama lineal bien llevada que busca enamorar a los corazones y los sueños del publico, y hasta ahí. No obstante a pesar de su objetivo, logra darnos una película bien ejecutada.

Creo que el verdadero valor de esta historia, es que si bien hoy en nuestros días ir a un restaurante para algunos pueda ser una cosa “burguesa”, lo cierto es que en la época en que ocurren los hechos, era una acción de rebeldía contra la Monarquía y los Aristócratas, pues en aquel entonces los grandes platillos, la gran comida era reservada para estas elites. Y cuando el restaurante abre como un sitio donde todo el mundo podía entrar sin importar su procedencia y deleitarse con la buena comida, en ese momento fue un momento revolucionario.

Delicioso es sin duda una apuesta por la historia y sus orígenes de forma light y amable. Terminas con una sonrisa de oreja a oreja.


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