

La ciencia ficción sigue a todo vapor en estos últimos años, en esta ocasión estamos ante una producción francesa que nos viene a contar su visión sobre el futuro, ese donde ya vivimos en Marte y donde los robots son algo tan común como respirar… Ese futuro que esta lejos en los recónditos lugares de la imaginación humana.
La historia nos presenta a Aline Ruby quien es una detective privada y a su compañero Carlos Rivera quien lleva muerto cinco años. Ambos se encuentran en una carrera contrarreloj hacia Marte. Su misión inicial es encontrar a Jun Chow, una estudiante de cibernética desaparecida, antes de que unos asesinos a sueldo la encuentren. Sin embargo, lo que descubren por el camino es más grande de lo que pudieron imaginar.

De entrada podemos decir que el estilo de esta animación es muy buena con unos trazos simples y limpios como el de los años noventa, logran imaginar las ciudades en Marte de forma creíble y en una secuencia la cual deja en claro que los humanos no somos algo que se reinvente sino que nos gusta ser continuistas.
Con una historia convencional, logran atraparlos en este futuro tan atractivo, donde se puede viajar de la Tierra a Marte no a la velocidad de la luz pero si como si uno tomará un crucero de un continente a otro. Un futuro donde los robots han llegado a tal grado que una persona puede tener una replica de sí misma, donde las mascotas son cibernéticas y donde la humanidad se ha levantado contra las máquinas, pues cada día que pasa dependen más de ellas.

Este filme detectivesco nos recuerda en parte al Vengador del Futuro esa donde Arnold Schwarzenegger iba a Marte para atrapar a varios malandros. Sin embargo aquí estamos ante una trama más sofisticada, con unas escenas de acción que si bien no son muchas si son bastante impactantes y que con sus giros de trama dejan la quijada en el piso.
Otro punto que es fundamental para que la ficción funcione es el futuro en sí y como está sustentando, pues conforme nos movemos en Marte, vamos viendo la tecnología que rige este mundo, desde curar una herida como si fuéramos al dentista, hasta tener cielos azules en el planeta rojo. Sin dejar de lado algún chiste sobre las mismas deficiencias, como son las actualizaciones de software que pueden darse a la mitad de una operación o salvarte el pellejo por poco (risas).

La historia tiene influencia de Blade Runner sin duda alguna, con sus barrios bajos y clandestinos, con la prostitución y erotismo mediante maquinas que satisfacen cualquier fantasía, hasta como los autos en este mundo están equipados para cualquier contingencia, como el que te disparen con un misil en media carretera.
La pareja protagonista es el arquetipo de policía bueno, policía malo, y funciona y aunque logra que estemos al filo de nuestra butaca es sin duda alguna el misterio en si que encierra la desaparición de la chica en cuestión lo que abre el futuro a una nueva tecnología, una tecnología orgánica que de vista es repugnante pero que se le apuesta para desaparecer a los robots de una vez por todas.

Al ser una película europea, no tiene la estructura estruendosa como la de los gringos, que son balazos al por mayor y con finales explosivos, aquí el cierre del filme es algo más trascendental, que tiene sus secuencias de acción, pero que cierra con la típica belleza contemplativa y reflexiva sobre ideales más allá de la mente humana.
Mars Express es hermosa y emocionante, si bien no es tan revolucionaria, si es un agasajo para quienes aman la Ciencia Ficción y sin duda alguna cuando se encienden las luces de la sala de cine, te quedas con ganas de conocer más sobre este futuro y el de los robots. Es una gran película y puedo atreverme a decir que una joyita para el genero en si y para las nuevas generaciones.
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