Éxodo: Dioses Y Reyes…. Frívola

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Sin duda Ridley Scott es uno de los cineastas mas importantes e influyentes de nuestro tiempos, cada trabajo que ha realizado, tiene alguna aportación al genero y entrega al publico casi siempre experiencias asombrosas, es por eso que su nuevo filme es algo frívolo a comparación de otras propuestas.

Éxodo es la nueva adaptación de la historia bíblica de Moises o como popularmente como se le conoce “Los 10 Mandamientos”. En esta ocasión se apoya la historia por un despliegue de efectos especiales tan pulcros y bien ejecutados que no queda mas que aplaudir, pero fuera de esto, la historia es superficial y poco emocionante.

La historia prometía por el buen reparto, sin embargo nadie esta a la altura de los personajes. Sigourney Weaver una de las musas del director, esta en un papel gris, pequeño e irrelevante. Es cierto que no hay papeles pequeños, pero aquí Weaver esta de relleno, solo tiene dos lineas y uno no entiende que tiene que ver su papel con la trama.

Christian Bale quien se encarga de personificar a Moises, hace una actuación al “hay se va”, no tiene matices, siempre tiene la misma cara, y no hay nada que haga excepcional a este hombre. Es cierto que el enfoque de la película quería ser algo mas “realista” (lo que eso signifique) pero aun así este personaje no tiene ni pies ni cabeza.

La historia en general pasa de puntillas, todo esta fabricado para enmarcar lo que le interesa a la productora: el despliegue de efectos especiales. Las pestes que caen en el viejo Egipto son sorprendentes, pero fuera de ahí y la persecución en el mar, la cinta no despierta interés alguno.

En las cuestiones artísticas no hay peros, excelente vestuario, locaciones, música, fotografía, hay tomas muy pero muy memorables, pero desafortunadamente al salir de la sala uno no sale impresionado, al contrario, uno queda con ese recuerdo de la antiquísima producción de los Diez Mandamientos, que sin tener grandes efectos, la película era emocionante,  fastuosa y memorable, cosa que carece la producción de Ridley.

Mientras en Los Diez Mandamientos, uno se sorprendía por las hordas de extras, animales y escenarios, aquí todo es falso, todo se ve bien CGI y por eso no sorprende. A pesar de tener un presupuesto, la película no se siente de gran envergadura, así que si uno espera que sea la gran experiencia navideña de la temporada se equivoca.

Incluso y sin ser religioso, la encarnación de Dios como niño es de las cosas mas extrañas y poco efectivas que he visto, mas que ser inspirador, sientes que se te va la esperanza al tener un Dios como este.

En conclusión es evidente que Ridley Scott hizo esta película por encargo, puro compromiso. No tiene emoción alguna y poco importa si no se llega a ver.