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Entre las tantas obras juveniles que actualmente se han materializado en el cine y otras tantas que esperan su arribo, llega The Giver, una propuesta mas tranquila y menos arriesgada, que trata de recordarnos lo verdaderamente bello de vivir.
La primicia es la misma, alguien especial, algún elegido, alguien que destaca del montón, es puesto para su entrenamiento, de lo que será su nueva forma de vivir: El Dador de Recuerdos. Sin embargo y como siempre pasa, esta alma inquieta romperá con el sistema y tirara los muros que han puesto alrededor del mundo que habita.
En si la historia ya esta algo gastada, sin embargo conforme se desarrollan las vidas en esta minúscula comunidad, toma un poco de revuelo, al ver como la humanidad es una vez mas privada de su derecho de elegir y ser libre, por un poco de ilusoria seguridad.
Sin embargo la esencia de la trama radica en hacer énfasis en esos recuerdos o momentos que aun perduran, llenos de color y emociones, lo cual contrasta con la vida en gris (literal) de las nuevas comunidades, alejadas y desconectadas de todo esto, desafortunadamente no logran conectar todo esto, lo cual visualmente se ve pobre y narrativamente algo lento.
Hay muchos cabos sueltos, no se si por la adaptación propia o el libro en si, pero quedan muchas dudas en todo esto. Ademas de que es tan predecible lo que va a pasar que no causa realmente emoción.
Los efectos especiales cumplen y el cast ni para bien o mal. Meryl Streep hasta en este tipo de producciones que no tiene mucho que lucir, logra un personaje muy enigmático, que es lo mas rescatable de todo esto.
La cinta termina como empieza sin mucha fuerza, dejando mas dudas que respuestas, pero a diferencia de otro tipo de historias donde las dudas son respuestas a otras que se plantean mas adelante en el camino, aquí las incógnitas surgen al haber poca coherencia entre unos hechos y otros.
Por mi parte siento que este tipo de material no es malo, sin embargo la forma en como manejarlo tuvo que haber sido algo mas psicológico y no tan literal, para así evitar ese recibimiento tibio por parte de la audiencia.
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