Monsters University… Entrañable.

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Originalmente parecía una mala idea, hacer otra película de Monsters Inc. Mal vista por toda esta moda de “secuelitis”. Sin embargo la Pixar decidió contarnos la historia de como Mike Y Sully  se conocieron en la Universidad de Monstruos.

La película es hilarante, empieza de forma sencilla y con una carga de idealismo como todos las producciones de Pixar. Sin embargo conforme avanza la trama, el ritmo de la cinta se vuelve mas dinámica y con un sentido del humor bastante acertado.

La animación como siempre es excelente y la construcción tanto de la universidad así como del resto de los monstruos es bastante ingeniosa. No le pide nada a otras producciones.

Pero el verdadero encanto del filme se centra en todos esos temas que tocan y están ahí, escondidos y desarrollandose para que al final tengamos un gran cierre.

Uno de ellos es sobre la vocación y como muchas veces al ser bastante jóvenes creemos saber lo que queremos convertirnos de adultos. Sin embargo se necesita bastante ímpetu y terquedad para alcanzarlo y de forma curiosa, llegar a lo que anhelamos puede ser de formas que jamás imaginamos.

Así también el tema sobre el rechazo que muchos jóvenes tienen en la vida escolar y bueno con toda esta tendencia  estilo “Glee” y “Lady Gaga” donde ser “diferente” es un orgullo, siendo un tema relevante así como el Bullying entre estudiantes.

En algunas ocasiones puede sentirse que Mike eclipsa a Sully, y esto en parte porque el guión quiere hacer hincapié , al rechazo y la critica  para desalentar a las personas en su camino y como con mucha paciencia y dedicación con el tiempo se pueden alcanzar las metas.

A diferencia de Toy Story donde es la “Misma gata revolcada”, aquí se siente una frescura, tanto visual como narrativa. Las “Sustolimpadas” son la onda y son precisamente estas actividades las que marcan el ritmo de la trama y nos regalan los mejores momentos. Simplemente la audiencia estalla en risas con los “Erizos” o la lluvia de “Peluches” en la casa de la hermandad… Sencillamente inmejorables momentos.

Y a comparación de su antecesora, donde el final es lagrimeo a mas no poder, aquí se exprime el humor dejando al espectador con un buen sabor de boca y el sentimiento de que el precio de su boleto valió la pena.