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Si bien Bahz Luhrman ha logrado trabajos con una estética envidiable y una forma narrativa vertiginosa, pareciera que conforme han pasado los años; este impetuo que lo consagro se ha ido diluyendo. Teniendo como resultado películas como “The Great Gatsby” que tratan de sorprender a la audiencia, logrando solo dejarla fría por lo ajeno de la historia.
Esta trama nos narra un triángulo amoroso. La disputa de la mujer desea entre uno de los míticos millonarios del New York clásico y un nuevo rico en este otro lado de la ciudad, con derroches de sexo, alcohol y mucha música.
Como muchas veces he comentado, hacer comparaciones puede resultar odioso. Pero cuando estas viendo al mismo Luhrman imitar tan descaradamente su obra mas exuberante y magistral (Moulin Rouge) no queda mas que comparar ciertas escenas y el esfuerzo por que funcionen, no a Ritmo de Can- Can sino de Charleston.
Visualmente la producción es muy atractiva, pero no tiene ni la osadía ni la fuerza que pretenden darle. Simplemente cuando el personaje de Tobey Maguire tiene su borrachera y se escucha de fondo al trompetista negro, es innegable la similitud cuando Ewan McGregor toma su primera copa de ajenjo y drogado viaja por los encantos de una Kylie Minogue convertida en una hada verde. Sin embargo en Gatsby no se logra el momento, se queda corto el “viaje”, mientras que en El Molino Rojo era uno orgía visual, tan estrepitosa que pocas veces se ha visto en el cine algo similar.

La película en términos generales esta bien, entretiene, buena música, que odio decirlo, quiere ser el mismo hilo conector, que en la historia del Molino. Pero no logra “cuajar” y nuevamente se siente forzada y busca emular el trabajo previo del mismo director . Y por mas que intenta Jay Z y el Charleston postmoderno, no puede opacar el “desparpajo” del Can-Can y su Material Girl.
Leonardo DiCaprio como siempre deja satisfecho en cada escena, logra muy buenos momentos en su papel, así como el resto del elenco. Que dicho sea de paso pareciera que están envueltos en una atmósfera del viejo cine americano, logrando convencer con cada una de sus interpretaciones.
Para quien sea ajeno al trabajo de Luhrman, podrá encontrar en Gatsby, un trabajo raro, confuso o seductor según sea el caso. Pero para quienes hemos seguido su trayectoria resulta ser una producción que visualmente es asombrosa, pero que no pasa de una producto que se quedo a medio camino.

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