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Canela película mexicana que narra la pelea entre la dueña del restaurante “El Molcajete” y la Chef Rossi que busca fusionar la comida tradicional mexicana con las tendencias francesas.
Esta película sin ser una gran obra maestra, tiene un humor blanco, acertado y con una trama sencilla que mantiene al espectador atento a lo que pasa en dicho restaurante. Visualmente tiene unas tomas muy buenas, así como locaciones que no se han explotado mucho, como es el caso de la Plaza de Santo Domingo y sus alrededores.
El director tiene en ocasiones algunos aciertos, como tener cierto encanto al realizar tomas de algún lugar en especifico o durante el proceso de la creación del afamado mole de doña Tere. El filme trata de reivindicar la importancia de que algunas cosas tiene que ser realizadas de forma tradicional, y como las nuevas generaciones deben aprender a valorarlas independientemente de lo deslumbrante que puedan ser las nuevas técnicas.
Sin embargo se nota que estamos ante una producción modesta, la cual arrastra algunos problemas técnicos, así como artísticos. En primer lugar tenemos que en ocasiones se tuvo que doblar algunas escenas, porque el audio original no era optimo. Increíblemente hay una escena en particular donde la chef Rossi esta hablando por celular en la calle y la mímica de la boca no corresponde a los diálogos que escuchamos, un error garrafal.
Por otro lado el elenco que rodea a los actores principales es muy acartonado, no hay química y parece que estamos en una puesta de actores amateur.
Y por ultimo esta el énfasis de algunas escenas cruciales para la historia. No hay suficiente fuerza en estos momentos (El veredicto del juez, la historia de la mama de Maria, entre otros) y por ende pierde impacto. Sin olvidar que el presupuesto para la banda sonora es escaso, no hay en muchas escenas música o pareciera que el soundtrack de la película se compone solo de dos piezas.
No obstante la historia sale airosa de todos estos apuros, en primera por que es honesta con el espectador, no trata de darnos ni vendernos nada que no sea. Así también como hay buenos momentos cómicos, ademas cuando inicia la parte de la preparación de los dos moles; la historia agarra un buen ritmo que es sostenido hasta el final. El diseño de arte es discreto pero acertado y la fotografía es cálida, muy buena.
Es cierto, “Canela” no es tan hilarante como “Nosotros los Nobles”, ni tiene el presupuesto de los mismos, pero aun así sabe contar su historia por si sola y provoca un buen sabor de boca de quien la ve. Una historia recomendada para salir en familia y para quienes les encanta la cocina.
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