Han pasado ya varios años de los hechos ocurridos en la primera cinta. Después de que un virus acabó con casi la mayor parte de la población, ahora quienes sobreviven, tienen que lidiar con un mundo donde ha quedado agonizante, mientras que los Simios que escaparon hacia el bosque, buscan a la par crear un lugar al cual llamar hogar.
A diferencia de la cinta anterior, donde el enfoque era sobre un posible levantamiento de los Simios en contra del hombre, en esta secuela, encontramos un enfoque mas intimo, que evoca mas a las emociones más que a la guerra.
La historia tiene como protagonista a los Primates, la forma en como se organizan para crear una sociedad y dejar atrás las atrocidades de la humanidad, que en mayor o menor medida lastimaron a muchos de ellos y con la idea de una utopia, aprendiendo de los errores de los hombres.
La cinta en un comienzo parece no tener mucho que contar, sin embargo conforme nos adentramos a la vida de César, el Simio líder, entramos a una compleja historia de emociones y pensamientos, sobre la pertenencia, lealtad y amor. Lo fascinante del guión es que humaniza a estos “animales” dejando entrever sus temores, sus sueños y como la intolerancia de unos a otros provocan el acabose del mundo.
Aunque muchos esperan efectos especiales al por mayor, aquí se utilizan donde deben, sobre la construcción casi perfecta de estos personajes, dotándolos de una gran actuación, y emociones tan reales como las de nosotros.
Durante la proyección hay momentos de gran emoción y también grandes escenas de acción, por lo que la gente sale satisfecha, ya que tenemos una cinta palomera con un contenido de calidad, y que deja entrever lo que será la tercera y ultima parte de estas precuelas, donde se pretende que culminan, donde empieza la cinta original de El Planeta de los Simios.
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