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Historia situada en la segunda guerra mundial, nos encontramos a una huérfana que es entregada a una familia alemana y que su mundo se ve envuelto en el ascenso de Hitler y todo lo que ello conlleva.
Siempre las historias que retratan este episodio de la humanidad, ha sido desde el punto de vista de quienes fueron perseguidos, sin embargo en esta ocasión también somos testigos del sufrimiento de las mismas familias de aquel país, que sufrían de pobreza, separación y muerte por esta guerra que ni ellos mismos entendían a bien de que iba.
La producción es bonita, en el sentido que se evoca en el mundo de esta niña, sus amigos y su nueva familia, por lo cual no hay una critica fuerte hacia aquella dictadura; sin embargo eso no la hace menos valiosa, pues conforme se van introduciendo en su vida personas que la salvan de alguna forma u otra, encontramos como las ideas sobre la igualdad, la libertad y diversidad, es lo que la enriquecen, hasta convertirla en la gran mujer que llegó a ser.
En las cuestiones artísticas John Williams hace alarde de una gran banda sonora, así como el diseño de arte que no exagera esta villa o pueblo (lo cual se agradece) pero que aun así tiene un encanto, como si fuera sacada de un cuento de hadas.
Quien en esta ocasión se roba el filme es Emily Watson como la mama enojona, que tiene un cambio de humor de un minuto a otra que se gana al publico desde su primera aparición. Geoffrey Rush esta bien, sin embargo tiene mas peso su esposa, aunque su participación es mas corta, pero contundente.
La historia tiene un ritmo que no decae de principio a fin, y sin haber leído la novela en la cual se basa, creo que esta bien lograda esta adaptación.
Ladrona de Libros, es una gran lección sobre las dificultades de la vida, lo valioso y lo enriquecedor que nos deja cada persona que conocemos en nuestra vida y lo importante de ser fiel siempre a uno mismo.
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