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Protagonizada por Channing Tatum y Jamie Bell, nos narra la historia de un capitán romano, que tiene que vivir con el estigma de que su padre, teniendo al mando una legión de soldados romanos, desaparecen sin dejar rastro, lo cual obliga al hijo a buscar el paradero del Aguila dorada de Roma, para así despejar los misterios que rodean la desaparición del batallón y restaurar el nombre de su padre para siempre.
Si bien suena a película americana en pleno Vietnam, resalta que esta sencilla y pequeña producción, tiene un guión decente, el cual esta siempre en movimiento, lo cual se agradece, por que en si la historia no da para mucho y sin embargo llevan a buen puerto esta historia “chiquita”.
No hay grandes actuaciones, ni mucho menos una ambientación descomunal, simplemente estamos ante un filme con bajo presupuesto y que el 90% de ella fue grabada en laderas de tierras nórdicas, así que si alguien quiere ver “otra” versión de Roma y su esplendor o efectos impresionantes, se quedara con las ganas.
El único momento de gran envergadura, es casi al inicio de la cinta. Una vez que el batallón repelió una invasión en plena noche, al día siguiente, las tribus barbaras se presentan para desafiar a los romanos, lo cual provoca las mejores escenas de acción de toda la película.
Las actuaciones son medias, nada extraordinario, ademas de que habrá momentos en que se asemejara a “Danza con lobos” y otras tantas a los caminos de El Señor de los Anillos. Si bien no es mala la película, tampoco se pierde uno de nada, es simplemente un capitulo mas en la ya de por si larga lista de producciones sobre Roma, pero también sobre como dos personas de diferentes razas, hacen a un lado sus diferencia, uniendose y superando todas las dificultades, forjando un lazo de amistad.
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